El sistema de control de tracción ayuda a evitar que patine la rueda de transmisión y que se pierda tracción.
Si el vehículo empieza a derrapar, el sistema acciona los frenos en cada rueda y, si es necesario, reduce la potencia del motor al mismo tiempo. Si las ruedas patinan al acelerar sobre superficies deslizantes o sueltas, el sistema reduce la potencia del motor para aumentar la tracción.